Además de incorporar productos específicos a tu rutina, existen algunos hábitos que pueden ayudarte a controlar mejor el cuero cabelludo graso. Es recomendable evitar lavar el cabello con agua muy caliente, ya que esto puede aumentar la producción de grasa. También es importante no usar productos con siliconas o aceites pesados, que tienden a obstruir los poros y empeorar la situación. Durante el lavado, procura no masajear el cuero cabelludo con fuerza, ya que esto puede activar aún más las glándulas sebáceas. Una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y nutrientes esenciales, también favorece la salud del cuero cabelludo. Finalmente, reducir el estrés es clave, ya que está directamente relacionado con desequilibrios en la piel, incluyendo la producción de sebo.